EL DESFILE DE HERMES EL WOMEN’S FALL-WINTER 2025 LIVE SHOW, ACABA DE TERMINAR 13JUNIO 2025.
los shorts de cuero y los abrigos fueron dos de los elementos más destacados de esta entrega. Mostrar piel y, al mismo tiempo, cubrirla, fue la regla máxima en esta pasarela, como si el verano y el invierno encontraran el punto medio en el que sus guardarropas se dan la mano.
Los colores terrosos que suelen marcar tendencia dentro de Hermès fueron sobrepasados por el uso del negro y el café oscuro: se llevaron en faldas, en chalecos acolchados, en botas altas y mallas con ligeros destellos, en guantes de cuero sin dedos, en pantalones y en piezas que jugaron con el contraste de la piel y el pelo.
Dentro de esta colección ready-to-wear hay una clara inspiración en el menswear y en la sastrería, añadiendo al armario femenino las prendas necesarias para cualquier gusto y ocasión. “Ella tiene todo lo que necesita” es la frase con la que Hermès brandeó esta colección. Y, en efecto, esta entrega incluye los básicos y clásicos atemporales que cualquier fanática de la moda podría pedir.
En este paraíso de cuero, sin embargo, también pudimos ver piezas en mezclilla, para un look desenfadado, en cachemira, si lo tuyo es la moda más cozy, e incluso en fieltro, que suele recibir más amor en otras áreas del diseño de la marca; Nadège nos regaló una muy entretenida combinación de materiales que atrapan la vista y que te mantienen analizando el layering por varios minutos.
Las siempre agradecidas referencias al deporte ecuestre llegaron acompañadas de una elegancia propia de las modelos off-duty y, también, de algunos homenajes mucho más claros a la cultura western, como pudimos ver en la construcción verde brillante del look 47 (un color que se agradece ver en piel).
Piezas ceñidas se combinaron con volúmenes fluidos en un diálogo de libertad y exaltación de la figura, de una sensualidad reservada. “Puedes ver mi pierna, sí, pero el resto tendrás que imaginarlo”. La moda, a fin de cuentas, es un juego de poder en el que, con Hermès, llevas las de ganar.
La mujer que Hermès nos presentó en esta pasarela no tiene tiempo para su alrededor; se conoce y se define, y lo mismo hace con sus objetivos. Se mueve siempre hacia adelante, una idea que reforzaron con el paso veloz de las modelos sobre la pasarela.
El nuevo código del cuero
Vanhée entiende los matices de la herencia de Hermès: su ADN ecuestre, sus obsesiones de coleccionista y el encanto fetichista que se esconde tras su lujosa precisión. En este caso, aprovechó todo eso, amplificando los detalles que hacen que el cuero sea tan evocador.
Toma el vestidos con escote en V profundo, confeccionados con una mezcla de cuero y fieltro, perforados con detalles de brogue. Se ajustaban con presillas de cordón y borlas que recordaban a los zapatos con cordones, un guiño casi imperceptible al mundo del bondage sin caer nunca en la vulgaridad. Era control, no caos: un erotismo definido por la moderación.
Su ropa de abrigo, siempre un punto fuerte, tenía un Inteligencia altamente táctil. A Chaqueta Spencer de cuero marrón con hombros fuertes Presentaba un peplum inspirado en una alforja, ceñido con una hebilla cromada. Abrigo de montar, con cremallera hasta la espalda, reveló un forro de cuero acolchado y luego apareció nuevamente como un abrigo independiente por derecho propio. Cada detalle hablaba de transformación, la dualidad de control y liberación.
Accesorios: los nuevos deseables
Los accesorios, siempre un susurro de lo que está por venir en las increíblemente pacientes listas de espera de Hermès, fueron igualmente precisos.
- Bolsas pequeñas Se colocaban sin esfuerzo debajo de los brazos y cumplían su función como extensiones elegantes y ergonómicas del cuerpo.
- Un único Bolsa de sillín color ciruela y malva Se robó la atención, rematado con un cierre de caballo plateado de gran tamaño: un objeto de deseo tan puro que apenas necesitaba marketing.
- El calzado era igualmente elegante: Botas de montar planas con puntera abierta y zapatos brogue de tacón alto equilibra potencia y practicidad, subrayando la dualidad de la colección.
¿El fin de la era del tamaño extra grande?
Más allá de su impecable ejecución, “Leather Dandy” transmitía un mensaje más amplio: Un cambio de silueta. Los trajes y abrigos de Vanhée eran increíblemente ajustados, pero no opresivos. No se trataba de una sastrería restrictiva, ni de ahogarse en excesos de gran tamaño. En cambio, encontró un término medio de precisión, lo que marca un alejamiento de la era de las proporciones holgadas y exageradas.
El escalofrío femenino
Lo que hizo que esta colección fuera electrizante fue la sensación que se respiraba en la habitación. El tipo de confianza impulsada por mujeres que no busca aprobación, sino exige presenciaLos días de portarse bien han terminado: las feministas de la moda ya no se disculpan por su autoridad.
Y si esta colección es una indicación, Hermès tampoco lo es.
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